sábado, 16 de febrero de 2013

U.S. Interstate 10

A fin hemos llegado a Los Ángeles. El viaje ha sido largo y cansado, pero muy divertido, así que ha merecido la pena. Es cansado por la distancia, porque son muchas horas metidas en el coche, pero la verdad es que ha sido fácil.
En Estados Unidos es muy cómodo viajar porque, como las calles de la mayoría de las ciudades,  las carreteras son paralelas y perpendiculares, así que todas cruzan de este a oeste y de norte a sur. Y así es muy sencillo ir de una parte del país a otra.
Nosotras sólo hemos tenido que coger una única carretera: la Interestatal 10.



Esta autopista cruza de este a oeste y es la que está más al sur del país. Empieza en Jacksonville, Florida (lugar que conocí y que me encanta gracias a aquel genial episodio de Fringe), y termina en Santa Mónica, en Los Ángeles, California.

Han sido 3959 kilómetros en los cuales hemos pasado por 8 estados: Florida, Alabama, Mississippi, Luisiana, Texas, New México, Arizona y California. Hemos parado otras 8 ciudades: Tallahassee, Pensacola, New Orleans, Austin, San Antonio, Las Cruces, Tucson y Los Ángeles. Hemos conocido a gente estupenda: Donna (Karan), Erin (Brockovich) y Brandon (Walsh), Benjamin (Button), Laura (Palmer), Alanna y Nathan (a partir de aquí dejamos de ponerles motes porque ya no nos recordaban a nadie famoso, jejeje), Alberto (anteriormente conocido como Herb), Mª Cruz, María y Daisy, y ahora, por último, Lara.
Hemos aprendido a lo largo del trayecto varias cosas. Una de ellas es que los americanos conducen fatal y que aquí las normas de circulación son un poco distintas a España. Por ejemplo, aquí puedes adelantar tanto por la derecha como por la izquierda, lo cual es bastante peligroso cuando vas un poco perdido y mirando la salida que tienes que coger, porque a lo mejor vas por el carril central y ves la salida y cuando intentas ponerte a la derecha para tomarla, hay uno que te está adelantando y no te deja cambiarte de carril. Además hay algunas salidas también a la izquierda de las autovías, así que como no estés prevenido, a lo mejor vas por la derecha y te la pasas.
También dentro de las ciudades hay cosas que cambian. Los semáforos están al otro lado del cruce, no en tu propia esquina, como los tenemos nosotros. Así que los ves enfrente, y justo al lado, frontal a ti, siempre hay un cartel con el nombre de la calle que vas a cruzar. Esto está muy bien, porque así siempre sabes por qué calle vas y es muy práctico cuando vas buscando alguna en concreto, no como en España que tienes que mirar a ver qué pone en la placa de la esquina.
Lo raro es que aquí aunque un semáforo esté en rojo, si vas a girar a la derecha, puedes hacerlo cuando no venga nadie. Y claro, eso es muy subjetivo, porque a veces vas circulando y se te cuela uno que está girando porque habría pensado que venías más lejos y le daba tiempo.
También está el tema del aparcamiento. Aquí se paga en casi todas partes. Bueno, esa es una costumbre que por desgracia estamos adoptando también en España. Las máquinas de pagar el parking van todas con coins y para nosotras se han convertido en el bien más preciado. Resulta que las monedas apenas se utilizan, así que nos es súper difícil conseguirlas. Hay incluso bares que no tienen!! Si tu cuenta son, por ejemplo 17,30 dólares, te cobran 17$; y si son 17,80, te cobran 18$. Todo por no darte cambio en monedas. Yo es que no dejo de flipar. Pero luego las necesitas para el parking y para la lavandería…En fin…otro sin sentido de América.
Pero sin duda, lo más importante cuando vas conduciendo por USA es el tema de la gasolina: cuando veas una gasolinera hay que parar y repostar, porque nunca sabes cuándo vas a encontrar otra!
Ya nos lo avisaron y es verdad. A veces llegas incluso a agobiarte (como por ese tramo de Texas que no tiene fin), porque es que no hay apenas vías de servicio donde parar. Ves una ahora y otra al cabo de 2 horas. Así que mejor no apurar la gasolina. Cuando veas una, paras, por lo que pueda pasar luego…
Durante el viaje además hemos ido en contra del tiempo, ya que hemos ganado 3 horas en total. Por momentos se ha hecho raro, hemos tenido la sensación de ir en el Delorian viajando hacia atrás. Muchas veces ni nos hemos dado cuenta y al llegar la noche hemos visto que era una hora menos de la que pensábamos, así que se ha hecho muy extraño. Pero mirándolo bien, teníamos una hora más para dormir.
Lo que más he echado de menos a lo largo de todo el camino ha sido la música. Como sabéis no puedo vivir sin música y sin escuchar a los grupetes que me gustan (los “cutveins” para los amigos). Pero cometí un gran error al hacer la maleta: metí mucho jersey que ahora no me sirve para nada, porque hace un calorazo que flipas, pero olvidé el cable del iPod. Así que llevo un mes sin escuchar mi música preferida y estoy que me subo por las paredes.
Nos hemos tenido que conformar con la radio americana. Lo malo es que aquí se repiten más que la música de los caballitos, así que todos los días escuchábamos más o menos las mismas canciones. Pero si hay una que nos ha acompañado todos y cada uno de los días, incluso varias veces al día, desde que pisamos USA es esta:

Con ella hemos cantado, bailado y hecho el tonto para animarnos el viaje. Así que ésta es la banda sonora del trayecto, que no todo van a ser corta-venas!
Con todas estas anecdotitas, el viaje ha estado genial. Ha sido una experiencia única en la vida. Hoy me ha dicho un amigo algo que me ha encantado: “Vas en la máquina del tiempo...vas dejando el pasado en el retrovisor mientras vas a por tu futuro…”. Pues sí, porque prefiero intentarlo y fracasar, que ser una fracasada por no intentarlo.

3 comentarios:

  1. oxígeno puro para los pulmones del alma seguir vuestra aventura. Gracias. Besetes.

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  2. En los OSCAR os quiero ver en la alfombra roja.and the winner is.....Paloma y Laia

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  3. Quien lo intenta, nunca fracasa!
    Qué envidia me dais!!

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