lunes, 11 de febrero de 2013

Throw me the beads


Yo venía un poco asustada para New Orleans después de saber que era Mardi Gras, porque yo ya no estoy para estos trotes y no me apetecen fiestas con grandes aglomeraciones. Pero aun así me hace ilusión verlo.
El Mardi Gras es el carnaval de toda la vida, solo que aquí en vez de tirar caramelos en la carrozas te tiran collares de colores. Nos habían contando que, la tradición era que si te tiraban un collar tenías que enseñar las tetas. Pero yo no sé de dónde se ha sacado eso la gente porque aquí no hemos visto nada de eso. Menos mal que era falso, porque no sé qué hubiera pasado ayer si no. Cuando tuvimos que aparcar porque la calle estaba cortada, nos encontramos con la cabalgata, así que nos quedamos a verla. La gente estaba super animada, gritando y dándolo todo al paso de cada carroza. Así que nosotras nos integramos también y nos pusimos a gritar levantando las manos a ver si pillábamos algún collar. Y de repente… yo estaba haciendo una foto y veo por la pantalla de la cámara una bola gigante de collares de colores que venían, cual meteorito, hacia la cara de Paloma. Pasó todo como a cámara lenta. Yo me la imaginaba esclafada en el suelo con los collares en la cara. Porque esas cosas, parece que no, pero si te dan hacen un daño que te cagas!. De repente la miro y la veo con las manos en alto intentando pararlos. El tiempo se detuvo. Al final los cogió todos, no sabe cómo, porque con la fuerza que llevaban la podían haber escalabrado. Y así nos fuimos anoche, con un puñado de collares bien chulos. Pero hoy nos esperaba más.
La gente aquí lo vive intensamente y lo celebra como si no hubiera un mañana.
Ya anoche cuando volvíamos a casa de Ben, vimos a gente acampada en una avenida. Paloma pensaba que eran los del 15-M (si que han llegado lejos!), pero resulta que no: es que era gente cogiendo sitio para ver la cabalgata de hoy.
Esta mañana desde las 09:00 que hemos abierto el ojo hemos visto a familias enteras que venían con media casa a cuestas: escaleras, sillas, neveras, hasta baños químicos en sus furgonetas…de todo para pasar el día comiendo y bebiendo en la calle hasta que empiece la Parade. Todo por pillar un sitio!


















Nosotras hemos aprovechado la mañana para conocer un poco la ciudad y hemos ido al French Quarter. Es un barrio con mucho encanto, con músicos tocando por las calles y barecillos muy chulis. Pero nos hemos tenido que volver pronto porque si no luego cortaban las calles por la cabalgata y no podíamos aparcar.



























Así que a la hora de comer ya estábamos de vuelta en casa de Ben. Al llegar había un montón de gente allí: amigos, familia, compañeros de trabajo. Resulta que Ben vive en la parte de arriba de su oficina, así que, como la Parade pasa por debajo, todos los años hacen ahí una fiesta para hacer tiempo mientras empieza. Ahí hemos conocido al padre de Ben, un señor encantador con una cara graciosísima, como de dibujos animados. Entrañable. Nos ha ofrecido todo tipo de comida y bebida. Y nosotras que somos muy agradecidas hemos dado buena cuenta de ello! Incluso Ben ha cocinado unas judías pintas. La historia tiene miga… Resulta que por la mañana al levantarnos Paloma le ha preguntado si salió anoche (porque le pareció oírle entre sueños) y Ben le ha contestado que sí, que llegó a las 5 de la mañana. Así que nosotras hemos pensado que se fue de fiesta cuando nos dejó en casa. Pero cuando estábamos tomando algo en el French Quarter le he preguntado yo qué hizo anoche si se lo pasó bien y me ha dicho no salió, que estuvo en casa de su abuela cocinando unas judías. De ahí lo que le había dicho ayer a Paloma por teléfono de su abuela!!! Nosotras creíamos que ahora todo empezaba a cobrar sentido, pero aun nos quedaba por descubrir… Estábamos flipando un poco porque haya estado hasta las 5 cocinando, pero dice que es que su cocina es una mierda. Así que hemos sacado la conclusión (como siempre a nuestra bola) de que cocinaba el finde para tener comida para toda la semana. Total, que nos vamos a su casa y cuando estamos allí descubrimos que las judías eran para sacarlas allí en la fiesta. El pobre…se había tirado cocinando toda la noche! Como comprenderéis, después de que habíamos tardado casi 12 horas en atar todos los cabos y descubrir algo que nos había querido decir desde el principio, estábamos descojonadas… Y, cómo no, Paloma probó las judías, a ver si merecía la pena tanto trabajo. La broma de las “beans” ha dado para mucho, cada vez que nos acordamos es que lloramos de la risa…Como os dije el otro día: lost in translation!
Después de comer hemos dado una vuelta por la calle, esperando a que empiece la Parade. Han montado un escenario con un grupo que son como los Rolling pero de la orquesta de tu pueblo: maduritos marchosos pero que hacen versiones de las canciones del momento (incluido el Gangnam Style, of course).

Cuando ha empezado la cabalgata no me ha pillado muy de sorpresa porque ya habíamos vivido un previo ayer, pero aun así no salgo de mi asombro. A pesar de haber leído cosas estos días sobre esta fiesta y haberla vivido hoy, todavía no entiendo muy bien el por qué de esta tradición de tirar los collares de colores. Y mucho menos me cabe en la cabeza el motivo que puede llevar a toda esa gente a volverse tan loca, saltar y gritar como si se acabara el mundo…y todo porque les lancen unos collares de plasticucho malo. Para qué los quieren? Por qué les hace tanta ilusión coger tantos? Y lo más raro, si quieren acumular cuantos más mejor, por qué los que se caen al suelo no los cogen? Solo valen los que atrapas en el aire! No lo entiendo… Pero en fin, es un gran ejemplo de cómo es la naturaleza humana y el afán que tenemos por acaparar todo lo que sea gratis, aunque sea algo totalmente inútil.

Al acabar la Parade hemos vuelto a la oficina de Ben y ahí hemos conocido a sus amigos. No tienen desperdicio. Son como sacados de series. Uno es grandullón y bastorro, pero con cara de panoli. El otro se llama Vincent y es que le nombre le viene al pelo, porque es el típico que nos recuerda algún personaje de serie o peli, de ascendentes italianos pero que ahora vive en un barrio humilde de Estado Unidos, con su boina y andando medio chepao. Es que no sé describirlo bien, es para verlo, pero Paloma lo imita fenomenal, así que cuando tengáis oportunidad decirle que os lo haga.
Había mucho más pero no hablamos mucho con toda la gente. El caso es que hemos conocido a gente muy rara pero que parecen buena gente, y lo hemos pasado fenomenal. De hecho, no paramos de reírnos de todas las cosas que nos han pasado con Ben, y el pobre es un buenazo. A mí me da hasta cosilla por todas las molestias que se ha tomado por nosotras y lo bien que nos ha tratado, pero Paloma dice que no pasa nada, que seguro que somos lo mejor que le ha pasado en la vida. Y la verdad que sí, porque un tío así de raro y con esa casa no habrá tenido a chicas tan agradables y simpáticas como nosotras allí nunca. Así que Ben, colega, no te has visto en otra igual!!


3 comentarios:

  1. Hola, excelentes comentarios, son un exito en Albacete, luego tienes que publicar un libro de viajes. besos

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  2. Cuando vengas de vuelta a visitarnos, traéte los collares y te vas al Rastro y vendes los collares al grito de "Autenticos collares de Mardi Graaaaaaaaaaaaasssssssss!!!!!!!!!!"

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